Ver llover, una reflexión a partir del pensamiento de Martin Buber

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En su libro “Qué es el hombre”, el filósofo judío Martin Buber dice:

“En el hielo de la soledad es cuando el hombre, implacablemente, se siente como problema, se hace cuestión de sí mismo, y como la cuestión se dirige y hace entrar en juego a los más recóndito de sí, el hombre llega a cobrar experiencia de sí mismo.
Podemos distinguir en la historia del espíritu humano épocas en que el hombre tiene aposento y épocas en que está a la intemperie, sin hogar. En aquellas, el hombre vive en el mundo como en su casa, en las otras el mundo es la intemperie, y hasta le faltan a veces cuatro estacas para levantar un tienda de campaña. En las primeras el pensamiento antropológico se presenta como una parte del cosmológico, en las segundas ese pensamiento cobra hondura y, con ella, independencia.”

Martin Buber

Reflexión apartir del pensamiento de Martin Buber

¿Qué nos quiere decir Buber? La soledad. ¿Qué soledad? La existencial, la que no se quita, la que no cesa. Es ahí cuando nos problematizamos, en el encuentro con lo propio, con lo finito. Problematizamos lo que es misterio. Pero no podemos hacerlo de otra manera, no podemos pretender estar en el misterio, aquel que no se cuestiona sino que se asume, que nos abarca. Es en la soledad existencial que está la consciencia de ser quienes somos; y no confundir con el autoconocimiento, esa tremenda falacia maniquea de nuestra época. La consciencia de uno mismo; la consciencia de que somos lo que hemos decidido hacer de nosotros; la consciencia de nuestras posibilidades; la consciencia de poder ser algo diferente de lo que elegimos ser. Menuda contrariedad a la que somos arrojados, en la que enfrentamos todo aquello que no somos, desde un ser creído, fijo y seguro: pura ilusión. Cuando se pregunta a los jóvenes qué prefieren si aposento o intemperie, invariablemente la mayoría se inclinará por el primero; lo seguro, lo conocido, lo “entendido”. Pero, ¿qué pasa en la intemperie? Esa agresiva incertidumbre de estar a expensas del mundo; no hay resguardo pues todo es cuestionado. Y creemos que el mundo nos tiene mala voluntad. Y lo increpamos y maldecimos y nos creemos receptores de una fuerza que está en nuestra contra, que nos dice que debemos ser menos ostentosos y petulantes. Es ahí en la intemperie, como dice Buber, dónde ser lo que somos y darnos cuenta de lo que somos (y no sólo eso, sino que también darnos cuenta que nos damos cuenta) avasalla nuestras creencias, nuestro hogar; donde la lluvia divina baña nuestro cuerpo con una hermosa y sublime libertad.

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¿Ver llover o mojarse? ¿Ser o no ser? ¿Ahora o después? No hay resolución de nuestros dilemas, no se resuelven de una vez para siempre… sólo hay elección ante ellos, disolución temporal para volver a comenzar, circadianamente, como el amanecer y el ocaso.

Bibliografía: Martin Buber, ¿Qué es el hombre?, Tr. Eugenio Imaz. México: FCE, 1973


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