“[…] son los límites los que hacen que las cosas sean importantes. Según apunta E.M. Cioran: «Sólo podemos concebir la eternidad eliminando todo lo perecedero, todo lo que cuenta para nosotros». Si fuéramos inmortales, la existencia carecería de sentido. El tedio es tedioso porque se nos antoja infinito, pero es un infinito al que hemos de hacer frente en esta vida, con lo que se nos revela nuestra propia finitud. Las elecciones son importantes porque no existen en un número infinito. Cuantas más posibilidades de elección tengamos, menos significativas será la que hagamos. Al vernos rodeados de una selección infinita de objetos «interesantes» entre los que elegir y algunos de los cuales deberemos dejar de lado, nada tendrá ya valor alguno. Ésta es la razón por la que la inmortalidad sería infinicamente aburrida, porque permitiría una serie infinita de posibilidades de elección”.
Lars Svendsen, Filosofía del tedio, Tr. Carmen Montes Cano. México: Tusquets, 1ª edición, 2008.