Psicoterapia individual

Promuevo un espacio terapéutico en donde, a partir de las interacciones y el diálogo que surge en el encuentro, exploramos y analizamos las diferentes fuerzas que se presentan entre las distintas dimensiones que expresan nuestro ser-en-este-mundo-con-otros. La intención es que el consultante pueda advertir y, posiblemente, actualizar las posibilidades de sí mismo y sus relaciones con los otros y el mundo.
Escucho y comprendo, respetuosamente, el mundo del otro. Ayudo a desmenuzar aquello vivenciado como problemático para volverlo a unir y explorar nuevos significados y posibilidades. Atiendo las formas narrativas que articulan los discursos del otro y su mundo. Incorporo la filosofía y la literatura en mi quehacer psicoterapéutico.
Desde mi estilo psicoterapéutico es importante que juntos (paciente y terapeuta) recordemos la vocación de llegar “a ser el que se es” (Nietzsche), en ese tenso entramado de condiciones existenciales. De templar el espíritu ante la incertidumbre de la vida. Busco estar atento a las necesidades de cada paciente, al desarrollo pausado y reflexivo de aquello que sea importante para ella o él sin importar el tema que lo trae a consulta. Procuro agudizar mi sensibilidad y autorreflexión como aprendizajes ante las deliberaciones que enfrentamos, una exigencia sentida en medio del ruido, el movimiento constante y el horizonte de nuestra vida. Intento reinventar y recrear mis referentes con cada paciente, promoviendo un diálogo ad-hoc.
Ofrezco un espacio seguro y confiable para el análisis y la reflexión de la manera en que el paciente atienda su vida cotidiana. Un espacio que convoca distintos referentes (como son la Filosofía, la Literatura, el Cine, la Religión, etc.) siempre en relación a la necesidad de cada paciente. Una demanda que requiere profundidad y “perspectivas lejanas para pensar bien las cosas” (Nietzsche), de manera que juntos podamos demorarnos en la compresión y meditación de aquellas nociones, creencias, valores, hábitos y formas de narrarnos que se han dado por obvias y que, ante el devenir del mundo, pierden vigencia, de lo que damos cuenta por nuestros conflictos. Un espacio creativo y cadente en el que podamos demorarnos en las ideas… el tiempo que sea necesario. Un encuentro que no pretende la búsqueda de lo correcto sino de lo verdadero.
Promuevo una oportunidad para el diálogo. Crear oportunidades de autodeterminación, libertad y posibilidades únicas para cada paciente y su situación de estar-en-el-mundo-con-otros, en cuya invención y/o perfeccionamiento el paciente participa. Estas transformaciones consisten en y resultan de la creación dialógica de una nueva narrativa. En otras palabras, el cambio ocurre conforme nuestro diálogo va fluyendo. Se requiere paciencia.
El diálogo terapéutico facilita —durante 60 minutos a la semana— un alto en las rutinas del paciente, descentrándonos de los discursos monolíticos y apremiando la construcción de nuestro propio camino, desde una seriedad lúdica y una actitud filosófica.
¿Cuál es el papel del psicoterapeuta existencial?
La tarea del psicoterapeuta existencial es describir y examinar las diferentes maneras de ser que el paciente adopta. Para esto, se acompaña y asiste al paciente a que juntos se vuelvan investigadores más precisos y honestos de su manera de ser (dentro del mundo terapéutico) y de cómo esto impacta en sus interacciones y relaciones con ellos mismos, los otros y el mundo más allá.
Busca comprender e indagar la manera en que su paciente habita su muy particular manera de relacionarse con el mundo y cómo ésta relación es expresada. Para esto, el psicoterapeuta existencial pone atención en la relación que surge entre paciente y terapeuta. Un microcosmos mediante el cual, juntos, exploran y expresan el macrocosmos del paciente, de frente a las posibilidades y limitaciones que la condición de existentes permea en él. Se motiva el diálogo de aquellas preocupaciones esenciales (la muerte, la libertad, la soledad, la carencia de un sentido vital, el tiempo, el silencio, el cuidado, etc.) que fundamentan nuestra condición humana.
¿Quién soy?
En otro tiempo laboré en el sector privado. Los últimos 10 años los he dedicado a la práctica psicoterapéutica, la docencia en el nivel medio superior y la tutoría de adolescentes.
Estoy interesado en la filosofía y en temas de psicoterapia, asesoramiento filosófico y espacios de supervisión clínica. Interesado en crear espacios de reflexión y acompañamiento, donde la filosofía y la psicoterapia sean una excusa para el encuentro. Obtuve el grado de Maestro en Filosofía (Universidad Iberoamericana) con la tesis titulada:”La crítica al espíritu moderno en el pensamiento nietzscheano entre 1872 Y 1885, y su actualidad de frente al malestar del siglo XXI”. He participado en diversos talleres literarios de cuento y ensayo poético.
Servicios: Psicoterapia individual. Jóvenes y Adultos.
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