
Presencia es para Bugental “la cualidad de ser y estar lo más atento y participativo como a uno le sea posible en un tiempo determinado y bajo ciertas circunstancias.” La presencia se lleva a efecto a través de la movilización de nuestras propias internalidades (hacia la experiencia subjetiva) y externalidades (hacia la situación y cualquier persona o personas en ella) sensitivas. La presencia no es estar sólo físicamente presente sino inmerso en la totalidad de una situación.
La presencia cuenta con dos aspectos: accesibilidad y expresividad. Accesibilidad hace referencia a dejarnos afectar por una situación determinada y permitir que nos importe; implica un decaimiento de las defensas sociales que disponemos para ser influenciados o afectados por lo otro; requiere de la confianza y la vulnerabilidad. La expresividad surge en un intento de darnos a conocer en una situación mediante hacerle disponible al otro algunos de los contenidos subjetivos de los que me doy cuenta sin modificarlos ni disfrazarlos; implica compromiso y esfuerzo.
Por otra parte, desde una perspectiva fenomenológica, el cliente en el espacio terapéutico muestra su postura más amplia respecto a sus posibilidades y limitaciones de existencia: el-cliente-como-un-presente-relacionado. El psicoterapeuta existencial es “el presente otro o el otro presente” para el cliente. Es el representante de los “otros” patentes en el mundo más amplio del cliente. También es “el otro o los otros” que retan los constructos de self, otros y mundo (del cliente) simplemente por el impacto interrelacional de nuestra presencia. En este sentido, la presencia del terapeuta existencial, en opinión de Ernesto Spinelli, está al servicio de un enfoque de investigación hacia el “worldview” vivido por el cliente, contrario a un obstáculo en su iluminación (permitir la iluminación del worldview).
Recordemos que el worldview expresa el punto de vista selectivo o la parcialidad respecto a la experiencia óntica del worlding. Nuestro worldview revela (desde un punto de vista estructural) la estrategia óntica de cada persona para existir dentro de las condiciones ontológicas de relacionalidad, incertidumbre y angustia existencial.
Así, la tarea del fenomenólogo es presenciar el worldview de nuestro cliente, para clarificarlo y retarlo al mismo tiempo. Si uno es más humanista entonces poner atención en cómo (de darse el caso) el paciente rehuye la presencia: por ejemplo, me viene a contar su angustia pero inician socializando por lo tanto no está presente; me cuenta de su divorcio y lo hace de manera sarcástica y distante como contándome la historia para que yo me sorprenda, por lo tanto no está presente. “Presencia es estar siendo ahí en cuerpo, emociones, relacionándome, pensamientos, en todo.” (Bugental)
La presencia, la accesibilidad y la expresividad son un continuo, es decir, que están sujetas al cambio, a tener diferentes grados a lo largo del tiempo.
Cualquier intento que busque —de manera benevolente o preocupada— aminorar la tensión del cliente, “[s]ólo servirá para que el cliente continúe evadiendo reflexionar acerca de sí y que, eventualmente, se abra a la posibilidad de apropiarse de su worldview “como es” en vez de como ellos preferirían que fuese.” (Spinelli)
Referencias:
- James F.T. Bugental, Psychotherapy and process: The fundamentals of an Existential-Humanistic Approach. California: Addison Wesley Publishing Company, 1978, 1a edición.
- Ernesto Spinelli, Practising existential psychotherapy: The relational world. Londres: SAGE, 1a reimpresión, 2010.