La filosofía existencial por Nicola Abbagnano
por Gilberto Santaolalla
- La filosofía existencial ve por los problemas de las mujeres. Y no de cualquier mujer sino de una mujer concreta en su existir.
- Recibimos llamados para ponernos en claro con nosotros mismos, asumir nuestra responsabilidad y tomar decisiones.
- Nuestro esfuerzo por recogernos y poseer en aquel aspecto fundamental de nuestro ser al que se refiere el problema.
- La filosofía es en todo caso obra estrictamente personal. Y, puesto que nadie puede decidir por otro, ni tomar sobre sí la elección y la responsabilidad que toca al otro, el filosofar es lo que hay de más íntimo y más secreto en la existencia del individuo.
- Nadie puede aminorar el peso de las últimas decisiones.
- Y sin embargo no estamos solos.
- Sólo del futuro surge la verdad del pasado; y en la busca de tal verdad no encuentra doctrinas o esquemas genéricos, sino hombres concretos y vivos que trata de comprender y definir para comprenderse y definirse a sí misma.
- Filosofar significa para la mujer, en primer lugar, afrontar con los ojos abiertos el propio destino y plantearse claramente los problemas que resultan de la justa relación consigo mismo, con las demás mujeres y con el mundo. Significa, no ya limitarse a elaborar conceptos, a ideas sistemas, sino elegir, decidir, empeñarse, apasionarse: vivir auténticamente y ser auténticamente sí mismo.
- La vida nos plantea continuamente preguntas a las que debemos responder. Toda acción suya, cualquiera que sea su relieve, es una respuesta. Gracias a cada una de estas respuestas sale un poco el mundo de la niebla para tomar cierta forma frente a él.
La filosofía existencial por Robert C. Solomon
- La filosofía existencial es la manifestación conceptual de una actitud existencialista, un espíritu de la época presente.
- La actitud existencial comienza con un individuo desorientado encarando un mundo confuso que no puede aceptar […] entre la celebración romántica del individuo, entre la calidez y el confort de las ideas colectivas y el terror de encontrarse uno a solas. El existencialismo es el propio descubrimiento.
- La filosofía puede ser una “ciencia” que indique la manera correcta de vivir. Si en vez de esta actitud nos permitimos encontrar en la filosofía una “expresión”, todo cambia.
- Un filósofo es un escultor conceptual. Utiliza su lenguaje para dar forma a sus prejuicios y valores, para dar a sus actitudes vida por ellas mismas, fuera de él, para la comprensión de otros.
- La actitud existencial es antes que nada una actitud de consciencia propia. Uno se siente separado del mundo, de los otros. En lejanía uno se siente amenazado, insignificante, sin sentido y, en respuesta, demanda significados a través de una visión hinchada de uno mismo. Uno se constituye como un héroe que lucha contra el mundo.
- Pero nos damos cuenta que desespero y felicidad, que las amenazas del mundo son en sí carentes de significado, que no hay hechos morales, no bien ni mal, que los más altos valores se devalúan, y que el mundo humano es típicamente un mundo hipócrita. De manera que uno se halla con la necesidad de ser su propio creador de significados.
- En la manera en que el mundo se vuelve más amenazante, uno es arrojado en su exagerado concepto de consciencia del yo, el mundo se vuelve cada vez más “su mundo”.
- Cada vez es más aparente como el mundo se vuelve indiferente, contingente en sus eventos, absurdo. Uno se siente aislado de los otros, y en una soledad desesperante uno busca amistad, a través de la rebelión, a través del arte.
- Para la actitud existencial cada actos y cada actitud debe de ser considerada una elección.
- Una vez expresada, la actitud existencial aparece como una condición universal, pero sólo para aquellos que saben comprenderla.
- La actitud existencial no es universal y la filosofía existencial no es la verdad de la condición humana, es simplemente, para algunos, una necesidad.
Bibliografía:
- Nicola Abbagnano, Introducción al existencialismo, Tr. José Gaos. México D.F.: FCE, 3ª reimpresión, 1975.
- Robert C. Solomon, Existentialism. New York: The modern library, 1974.