La democracia como promesa, Derrida
Deconstruir = cuestionar, crítica y filosóficamente, acerca de la historia y el origen de… Deconstrucción de discursos, de instituciones, de conceptos, de historias, de personajes, de ideas, de la filosofía misma, etc. La deconstrucción se ve influida por el contexto desde el cual se lleva a cabo. Derrida señala sobre el aspecto negativo de ver a la deconstrucción sólo como un método.
Pero, ¿por qué habría de deconstruir las cosas? Para Derrida la deconstrucción es una tendencia a lograr la justicia, en la medida que somos justos para un otro. El otro “dicta mi ley y me hace responsable”. Lo justo es la propia fuerza de gravedad de ese otro que nos repele y atrae (al mismo tiempo) y que sin posibilidad a renuncia nos influye, como la luna al mar. ¿De qué manera somos responsables con otro? Respondiéndole, hablándole, respetando su singularidad.
La importancia del “sí” derridiano. Derivado de la otredad, el sí no tiene sentido en la separación más radical del individuo. Hay un “sí” porque hay otro al que: se responde, se condiciona, se invita. El sí, una afirmación, que no es ni positiva ni negativa, sino un compromiso con el otro, de escucharlo.
Derrida no se remite a conceptos metafísicos. Conceptos como justicia, libertad, etc., deben de ser entendidos en relación a un otro; otro que no soy yo, que no se puede reducir al valor que doy yo a las cosas. La justicia, más allá de la necesidad jurídica, de la constancia e igualdad con que asigna justicia a los hombres, toma en cuenta un hombre homogéneo, quedando muchas injusticias en el camino. Entiendo que Derrida quiere una justicia emanada de la justicia misma, a partir de una deconstrucción, en su historia.
La democracia no es, sino va siendo; “una promesa” dice Derrida. La democracia no es un logro que se palomea en la hoja de actividades de avance en un proyecto. No es un fin en sí, es un medio. La democracia no es “una cosa, sustancia y objeto.” La democracia deviene. Un devenir de hechos que van haciendo camino, que van tendiendo a la democracia, que requiere, según entiendo, no un programa disidente sino “golpes” intempestivos, acontecimientos que interrumpan, que fuercen a tomar decisiones.
Referencia: «A democracia é uma promessa» Entrevista de Elena Fernandez con Jacques Derrida, Jornal de Letras, Artes e Ideias, 12 de octubre, 1994, pp. 9-10.